domingo, 22 de octubre de 2017

¿Sabes cuales son tus sueños?


Siempre he apostado por las amistades, he tenido muy en cuenta que estaba la familia, la de toda la vida y luego la que nosotros escogíamos, o eso es lo que dicen por ahí, pero en las amistades llega un momento en que vas nadando con tus amig@s al mismo ritmo, a veces, es lo que me ha ocurrido a mi, en tu vida no llevas un rumbo, al no ser así dices a toda proposición que sí, simplemente...¡Me apunto!, no tienes un no por respuesta, llega un momento que miras más por ellos que por tu propia vida, eres fiel, leal...lo haces sin esperar nada a cambio, es más... lo das todo, hasta lo que no tienes.



Pero llegó un momento en que mis prioridades cambiaron, sin darme cuenta mi mente me pedía otro tipo de objetivos, me pedía 'sentir, amar, construir...', pero por no cortar a mis amistades creí que podía seguir su ritmo, hasta que llegó un momento en el que un estupendo  día de playa se convirtió en un infierno. Llego un momento en el que me ahogaba, era como si llevase un yunque en el pie que me arrastraba al fondo del océano, que no me dejaba seguir nadando en la misma dirección que mis amig@s, algo ocurrió que por más que lo intentaba no podía...ya no disfrutaba ese día, que lo que antes hacía porque sí, ahora se había convertido en una gran obligación, hasta que notaba como me ahogaba, quería llegar a la orilla, pero los demás seguían nadando en su dirección, me hundía, notaba como el agua salada entraba por mi garganta con sabor amargo, me falta el aire, los brazos me dolían, definitivamente no podía continuar, al ver mis amig@s que me quedaba atrás en el camino algunos pusieron mala cara sin preguntar que me pasa, otros me animaron a seguir, creían que era una broma, yo ya no podía ni salir a tomar aire, lo que antes era nadar se había convertido en un buceo, cada vez más profundo, quería seguir pero no podía, llegó un momento que perdí de vista a mis amig@s, éstos se enfadaron, me criticaron, creyeron que me había ido, yo buceaba sin parar, contra toda corriente, hasta que viendo que cada vez mi ida al fondo era más rápida y estaba perdiendo las fuerzas en nadar contracorriente para seguir una vez más la dirección de mis amig@s...llegó un momento en el que no me quedó de otra que poco a poco concentrarme en ir soltando esa cuerda que me unía a ese yunque tan pesado, con mucho trabajo, tras luchar y luchar, seguí tragando agua salada, ya no quedaba aire en mis pulmones, entonces noté como la cuerda se soltó, al verme libre solo podía nadar para llegar a la superficie, aún en el fondo miré y miré esperando ver a mis amig@s, me preguntaba si aún estarían ahí, si habrían cambiado de dirección a la orilla al no verme tras ellos...¡pero no! ellos seguían su camino.

En dirección a la superficie solo veía oscuridad, personas que navegaban como yo, intentando llegar para poder respirar, también veía peces peligrosos y muchos yunques cayendo los cuales tenía que esquivar para no volver a engancharme y poder llegar a la superficie con el ansia de poder tomar aire. Tras mucha distancia de nado veía como los peces más peligrosos se convertían en pececillos de colores, hasta que me pareció ver un rayo de sol, ¡si, lo era!, en ese momento la fuerza que ese rayo me dio fue suficiente para impulsarme a la superficie en dos brazadas. Al llegar, miré a un lado y a otro, no vi a nadie conocido allí arriba, bueno sí unas cabezas a lo lejos las cuales seguían su  dirección sin mirar atrás, ¡ eran mis amig@s!. En ese momento, me encontraba perdida, no sabía donde ir, solo me percataba de una emoción horrible que vino a visitarme, se llamaba soledad, no podía con ella, no encontraba sentido a seguir nadando, me helaba por momentos, me desmayaba pero al caer mi cabeza al agua y volver a saborear el agua salada me despertaba y volvía a la superficie, estaba agotada y sola...ya sabía que nadie vendría a buscarme, entonces sin saber ni como ni porqué mis brazos empezaron a moverse y empecé a avanzar, sin saber mi rumbo, sin marcar una velocidad, ellos solo braceaban y mi cuerpo se movía, creo que simplemente era el instinto de la supervivencia lo que hacía que mis brazos bracearán y mis pulmones tomaran una y otra vez aire, hasta regular mi respiración, la cual llegó a un ritmo adecuado a mi ser, la soledad seguía acompañándome, al principio era muy triste, nadie pronunciaba mi nombre, nadie me preguntaba como estaba, nadie se percataba de mi presencia, yo simplemente braceaba sin saber mi destino, en el camino me encontraba a muchas personas que iban nadando, algunas persiguiendo sueños, otras a sus amigos, otras iban perdidas como yo... Una vez acomodada a mi soledad, veía que ésta no me pedía nada, no me exigía tiempo, me dejaba a mi ritmo, y entonces...fui tomándole cariño a la soledad... poco a poco empecé a saludar a algunos bañistas que iban relajados como yo, conversábamos, me contaban sus historias, me reía, algunas veces lloraba, eran emociones que nunca me había parado a sentir. Además veía muchas cosas nuevas, disfrutaba cada día de la luz solar, en la noche de las lunas llenas que pareciera que me daban energía para seguir al día siguiente, también veía pequeñas islas a mi alrededor, me quedaba un buen rato disfrutando de ellas, eran hermosas, también veía los pececillos que nadaban a mi alrededor, y disfrutaba de cada regalo que la naturaleza me hacía, me tomaba mi tiempo, entonces llegó el momento en el que sabia decidir cuando estar solo acompañada de la soledad y cuando estar acompañada de alguien más, y así seguí mi camino, aún sin rumbo, ya lo iría descubriendo conforme nadaba observando aquel maravilloso paisaje, realmente no me importaba mi destino, solo disfrutar del camino, para mí ya la soledad no era algo desagradable, se había convertido en mi aliada, y en algunos momentos en mi remanso de paz.





Tras esta historia mi reflexión es muy simple, nunca se debe perseguir los sueños de nadie a no ser que sean los tuyos propios, pues sino, llegará un momento en el que mientras que los demás disfrutan de sus sueños, tú te sentirás perdido. Sino sabes cuales son tus sueños, simplemente disfruta del camino el cual te dará pistas que te llevarán a ellos.




Amichi, ¡que la fuerza del Universo os acompañe!🙏

domingo, 15 de octubre de 2017

'La Asoladora Tormenta'

Imagen Original de PeT.
Viendo a la gente que hay por el mundo en mis visitas, las cuales me dejan muchas historias, que vender... no vendo nada, pero escuchar ....aayyy...lo que se escucha por ahí...
Bueno pues he deducido que la vida es muy sencilla, pero que nosotros mismos la complicamos, sobre todo en las relaciones... familiares, de pareja, amistosas...en esas que lanzamos todo lo que se nos viene en mente y no pensamos antes de hablar, o no lanzamos nada, pero en un segundo cortamos todo lo que había, sin dar explicaciones, se presenta de tantos tipos diferentes...la cuestión es que lo complicamos todo, y...¡de que manera!...ante esto, solo se me ocurre dejar una reflexión:
              'Sé que en todas las relaciones: familiares, de pareja, amistosas... hay fases, quizás una de las más duras sean las tormentas, las cuales llegan, eso sí, con ira, con una fuerza desgarradora, rugiendo, destrozando todo lo construído, llevándose por delante hasta lo más alto, dejándolo todo arrasado, destrozado, ya que sacan a flote lo peor y mejor que encuentran a su paso, dejando todo asolado.
               De forma seguida la tormenta nos deja esa resaca, igual de intensa que la ella misma, la cual con su vaivén remueve todo lo que la tormenta sacó a flote, para un lado y para otro, de más a menos intensidad, así... va y viene, hasta quedarse todo en calma, entonces, en esa calma silenciosa, ves que la tormenta  ha hecho tal destrozo que parece imposible reparar, pero nadie se percata de ello, sigues con el empeño de arreglarlo todo, lo más rápido posible, de repente te paras, observas, y te das cuenta que con la rapidez no se soluciona nada, en la calma te das cuenta de que hay cosas descolocadas,   por todas partes aparecen, nos perdemos, una vez más nos entra el ansia de querer  abarcarlo todo para volver a construir, repararlo, de prisa, sin perder tiempo y sin darnos cuenta de que lo peor no es lo descolocado, lo más grave, si nos fijamos bien, es el destrozo, lo roto con desgarro, lo cual es  irreparable, en la mayor parte de las veces, y ante esta situación, caemos abatidos, pero sabemos en nuestro interior que no podemos achantarnos, simplemente pararnos, serenarnos, observar, y recoger los pedacitos que han quedado, para volver a empezar, para volver a construir, esta vez con más calma  que nunca, acompañada de la experiencia y sabiduría, sabiendo donde colocar cada pieza, para que no vuelva a caer, para que no se resienta nunca más, para así cuando llegue la siguiente tormenta, que no sea tan lamentable, y que no nos pille por sorpresa, que sepamos como refugiarnos, y que lo que arrase sea lo que no importa, lo superficial, lo que agradeces que te quite de enmedio. Porque después de la tormenta, es tan duro volver a empezar de cero, que cuando lo consigues, te llevas la experiencia y el conocimiento, aprendiendo que no volverás a tropezar con la misma piedra de nuevo'.

Y siempre pensando que ¡si!  que hubo tiempos mejores, los habrá peores o....  mejores,no se sabe, pero ¿para qué preocuparse?, el pasado no volverá, el fututo es incierto, lo que vale es el presente...por ello ¡actúa!


Amichi, ¡que la fuerza del universo te acompañe! 🙏







domingo, 8 de octubre de 2017

'Conciliación Vida Familiar y Laboral'

¿No os pasa que al llegar el viernes solo tienes ganas de pillar el sofá y descansar?
Que a veces es tanto el cansancio acumulado que llega el sábado y solo quieres seguir en ese sofá y ver alguna peli para seguir descansando, pues sí, pero entre mis clientes y con mi recorrido es el hecho más común, me lo dicen muy a menudo, trabajar, trabajar durante la semana para que cuando llegue el finde solo tengamos ganas de sofá y televisión, y al llegar el lunes estamos nuevos para tirarnos a la calle y salir a trabajar...así es...
En una ocasión estando con un cliente me comentó que después de un año de relación con su novia, se ha dado un tiempo...que no han roto pero...ya que ella estaba sin trabajar, él se lo costeaba todo, vivía con ella, me comentaba que al llegar a casa él solo tenía ganas de desfallecer en el sofá y ella de disfrutar con él los momentos de ocio, entonces lo que hizo fue acompañarla en los momentos de ocio durante un año, a pesar de solo apetecerle descansar, hasta incluso esos viernes que llegaba muerto a casa, ¿qué ocurrió? Pues que resulta que después de un año la relación se cargó demasiado, él intentó darlo todo al cien por cien, su chica seguía sin trabajar, ambos notaban que cada vez la situación estaba más tensa, así pues la chica decidió volver a casa de sus padres una temporada, se lo comunicó a su novio y él lo vió bien...
Una vez más la vida me corrobora que no hay una conciliación entre la vida familiar y laboral, que si le metes mucha caña a una no estás para la otra, y que si haces el esfuerzo de estar siempre a todo al cien por cien al final tensas la cuerda hasta tal punto que ni el amor más sincero puede mantenerla unida.
Porque cada vez hay más personas que vuelan en solitario hacia sus metas, ya que la consecución de las mismas no les deja tiempo para otra cosa...y muchas de estas veces estas metas solo se concentran en cosas materiales, lo que me lleva a lanzar la siguiente pregunta...

¿Hemos puesto nuestras metas en el punto de mira equivocado?

¿Piensas lo mismo? Cuéntamelo...

¡Que la fuerza del universo os acompañe amichi!֏🙏

domingo, 1 de octubre de 2017

'El motorista fantasma'


Ese día salí tan sorprendido como emocionado de aquel lugar, conocía a Gerónimo desde hacía mucho tiempo, había coincidido en algún bar, en mi juventud cuando era el rey de las barras, le había servido algunas copas, pero ese día me lo encontré en su negocio, en aquel entonces había escuchado que se dedicaba a algo de diseño pero no que tenía aquel comercio tan estiloso. Cuando entré me recibió con una sonrisa, eran muchos años los que llevaba atendiendo al público y nunca desaprovechaba una oportunidad, después de propinarme un abrazo, y sin dudarlo, me invitó a sentarme para que le contase de mi vida y a lo que me dedicaba, yo le conté que estaba sentando la cabeza y que por ello me había dejado los bares, ahora me dedicaba, como él, a la venta y en cuanto encontrase a la mujer de mi vida seguidamente, quería formar una familia, en ese momento Gerónimo se quedó parado, sus ojos se humedecieron, yo no comprendía porque, y asustado, creyendo que le había dicho algo que le hubiese ofendido, paré de hablar y le dije: 'Gerónimo, ¿hay algo que te haya incomodado de lo que te estaba contado?¿Qué te ocurre?’, él en ese momento reaccionó, su mirada perdida volvió a mí y cogiéndome fuertemente de la mano me contó:
'Paquito, anoche mi hijo vino a visitarme, realmente visitó a todos los vecinos del pueblo', me contaba el hombre con lágrimas en los ojos, no quise interrumpirlo y lo dejé que hablase, yo no comprendía nada hasta entonces, Gerónimo, emocionado y con voz temblorosa continúo: ' yo llegaba de trabajar, guardé mi coche en el garaje y volví a la calle, me senté en un banco a fumar un cigarrillo antes de subir a casa, a mi esposa no le gusta que fume, y procuro no hacerlo delante de ella, además después de llegar del trabajo parece que necesito disfrutar de esas caladas con calma sin hacer nada, sin pensar en nada ni nadie, solo sentir como el humo entra y sale de mis pulmones; cuando  de repente a lo lejos, escuché ese inconfundible rugir de una Kawasaki, además lo hacía con rabia, estaba viva, por segundos se acercaba más, mi piel se erizaba a la misma velocidad que ese motor llegaba hasta donde estaba yo, en esos segundos notaba como derrochaba energía, el motorista alzaba sus ruedas delanteras como si no pesara nada, con esa agilidad y energía que les caracteriza, aceleraba, la ponía rabiosa, ella respondía, hasta que llegó al principio de la calle donde yo estaba, en ese momento me puse súper nervioso, era mi Roni, había vuelto, al llegar a mi altura ralentizó su velocidad y en ese momento hizo un caballo, sentí que me saludaba, y seguidamente salió disparada, como si huyera del diablo, conforme se alejaba seguía escuchando el rugir, parecía que tenía que hacerse notar, escuchaba como ralentizaba hacia un caballito y volvía a huir del diablo, siempre la misma acción, Paquito, estuvo hasta bien pasada la media noche por todos los alrededores, todos escuchamos ese rugir rabioso, yo no lo podía creer, pero se que el motorista que se escondía detrás de ese casco era mi Roni, anoche volvió para saludarme, a mí, a la familia, a los amigos… diez años después...'

Después de esas intensas palabras, Gerónimo me soltó la mano dejándomela enrojecida debido a la efusividad con la que me había contado el suceso, yo perfectamente había comprendido lo sucedido, y además entendía a Gerónimo, que después de reponerse de ese momento, tan doloroso y emocionante, me contó lo que le había sucedido a su hijo Roni, hacía diez años que se levantó un buen día y decidió sacar su moto, iba con su novia, era un chico dicharachero, ágil, nervioso, de estos que todo el mundo se echa las manos a la cabeza porque siempre hace lo que le viene en gana, pero que al fin y al cabo en el interior de cada uno todos quisieran ser como él, ya que saben que vivió la vida al doscientos por cien, ese era Roni, el que se las llevaba a todas de calle, con su agilidad para manejar las motos junto con su labia y bromas, además gastadas con sombra y gracia; por eso sus padres en más de una ocasión, y a pesar de sus veinte y siete años, de vez en cuando le echaban alguna bronca pues no estaban de acuerdo en algunos de sus comportamientos, pero al fin y al cabo era la chispa que avivaba a la familia, y lo sabían, sabían que por más que se esforzasen, Roni no cambiaría nunca, y que aunque le regañasen a sus veinte y muchos por algunas de sus actitudes, todos ( padres, hermanos, tíos, abuelos y demás familia), querían que nunca cambiase, pues era el alma alegre de la familia, de los amigos. 
Aquel día de domingo amaneció especial para salir a pasear, sin locuras, en plan tranquilo, fue a casa de sus padres, sólo estaba su madre, éste le comentó que no lo esperase para la comida del domingo, que había decidido hacer una ruta, piropeó picarescamente a su madre y se despidió de ella con un sonoro beso, de los demás ese día no le dió tiempo; pasadas unas horas, en el bar donde Gerónimo junto con su cuñado tomaba el aperitivo sonó insistentemente un teléfono, a la par llegaba un coche a gran velocidad terminando con un repentino frenazo, seguidamente de él bajó el hermano de Roni, el cual iba agitado y a paso rápido llegó hasta la barra donde estaba Gerónimo, venía con los ojos humedecidos, en ese momento no quiso dar explicaciones, al subir al coche Gerónimo me contó que su hijo le dijo que tenían que ir a recoger a Roni, llegaron a una carretera solitaria, rodeada de sierra, debido al enorme calor las luces de  las ambulancias, policías se reflejaban y no dejaban ver,  al llegar al punto donde estaban todos los servicios de socorro, Gerónimo, impactado por la escena sólo alcanzó a reconocer la Kawasaki de Roni, destrozada en el lateral de la calzada, más adelante vió unas sábanas blancas que tapaban unos cuerpos, en ese momento no lo creía, bajó del coche aún en marcha y corrió, corrió todo lo rápido que pudo hasta llegar cerca de los cuerpos, el hermano de Roni lo alcanzó, ambos llevaban la respiración agitada, la policía los paró, los identificó, y los dejó continuar, al llegar a la primera sábana blanca se quedaron parados, no daban crédito, no creían que Roni estuviese debajo de ésta, hasta que el policía levantó la sábana y Gerónimo se abalanzó al cuerpo sin vida del joven, llorando y lleno de rabia empezó a golpearlo al mismo tiempo que gritaba entre lágrimas: 'Roni, despierta, Roniiii despierta hijo mío, vámonos a casa, Roniiii', repetía una y otra vez la misma frase, a la vez que el hermano de Roni cayó arrodillado a los pies del cuerpo de éste, llorando sin consuelo abrazó a su padre y al cuerpo sin vida de Roni, y entre lágrimas le decía a su padre: 'papá déjalo, está muerto, déjalo, Roni ha muerto', en ese momento, Gerónimo se daba por vencido, tras golpear el cuerpo de Roni durante varios minutos, cayó rendido y llorando encima de éste, sólo podía abrazarlo y llorando como un niño pronunciar su nombre: 'Roni, hijo mío, Roni...' . 

Ese día no quise que Gerónimo me diese más explicaciones, no dejé que me contase como sucedió, ya lo había pasado bastante mal, pero me quedé con la duda, así que días después me documenté y leí que Roni iba a la velocidad correcta en dirección recta, y una chaval de menos de dieciséis años le salió en un cruce por la izquierda con una motocicleta saltándose un STOP, Roni para evitar colisionar con él se salió de la carretera, por la derecha, en ese momento tanto él como su acompañante, salieron despedidos de la Kawasaki, cada uno por un lado, a Roni le tocó la peor parte, pues salió lanzado a gran velocidad hasta colisionar con una señal de tráfico, en el momento del impacto se desnucó, murió en el acto, su novia salvó la vida, pero solo la vida, emocionalmente y diez años después no ha logrado recuperarse del accidente, supongo que aquella noche también escucharía a Roni por los alrededores rugiendo el motor de esa Kawasaki, escucharía al motorista fantasma.

‘Desde aquí todo mi apoyo a los familiares, amigos y conocidos de todos los moteros que por desgracia no pudieron contar su última aventura, para cada uno de ellos lanzo una ráfaga al cielo’.


¡Amichi, que la fuerza del universo os acompañe!🙏