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Imagen original de PeT. |
Hace días que comencé en mi nuevo trabajo, y sí, voy
tocando puertas de un sitio para otro, intentando vender energía a bajo
coste, y en semanas de conducir y patear he decidido pararme ante esta
maravilla de paisaje para contaos mis andanzas como comercial.
No
os voy a decir que me va genial, eso para contárselo a los amigotes; ya
que realmente llevo un mes, y la verdad... creía que llevaría ventas a
granel, pero no es el caso, he visitado un centenar de domicilios, me
envían a lugares en los que a veces dudo que haya vida, pero que al
tocar una puerta parece que alguien, aunque sea por la pena que les doy
por estar en la calle con estos fríos, me abre su puerta, me ofrece un
tentempié caliente, y mientras se interesa por lo que hago, aunque luego
no le interese el producto, que realmente lo comprendo, pero por lo
menos...me escuchan, que ya es mucho pedir, contando con que son
personas de mucha educación y humanidad pero de formación académica
escasa, cosa que me da igual, los valores es lo que importa.
Realmente
a veces me da hasta pena que acepten mi producto, ya que me falta
confianza para venderlo, pero bueno son amables y me escuchan ya que
disponen de tiempo, aunque debo confesar que esto sucede en donde no hay
estrés, en donde la gente es lugareña, y no tienen prisas, en lugares
donde se vive el momento y no el mañana...
Luego llego a
la gran ciudad, y ahí...ayyy como somos, ahí no hay tiempo para
escuchar a un hombre que viene a ofrecerte una buena ganga, porque
simplemente no les interesa o no tienen tiempo, o yo soy el número cien
de los que pasa por sus despachos a lo largo de la semana, que me miran
con cara extraña, y sólo con la mirada me están diciendo: '¿Pero qué
vendes?, lo que sea, mi respuesta será no', porque lo adivinan, saben a
lo que voy, a veces me da vergüenza hasta pedir un vaso de agua, menos
mal que ahora no hace calor...pero no sé como camelarmelos, ya que en la
ciudad están hasta los pelos de gente que toca sus puertas para
ofrecerles productos muy similares a los míos, y en las casas
particulares no me encuentro a nadie, o están trabajando, o han salido a
ocuparse de llevar o recoger a sus niños del colegio, o están haciendo
la compra o en el bar, porque de eso también me estoy dando cuenta, de
la gente que frecuenta los bares en días de semana, a las once de la
mañana ya están con su cerveza, como si fuese un día festivo, y hay que
ver lo que cambia la vida de un pueblo a una ciudad; en un pueblo al
medio día no hay nadie en la calle, la gente está en su comida, y en el
descanso, los hombres salen a tomar el sol, y las mujeres también lo
hacen pero ellas aprovechan para salir a caminar, la mayor parte de la
población es octogenaria, o casi todos, a penas se ven personas jóvenes
en los pueblos, y si hay alguna es porque va de pasada, y al pasear por
ellos, notas como todas las miradas se dirigen a ti, preguntándose quien
será este hombre con ese traje y esa carpeta, pues resulta que pocos se
pasean así por allí, y algunos son capaces de pararte y preguntarte,
hasta incluso te hacen un cuestionario, pues total...no tienen otra cosa
mejor que hacer.
Además me estoy dando
cuenta que, por desgracia, las nuevas tecnologías están ocasionando una
falta de atención a las personas, por ello, cuando hago mis visitas, no
sólo mis futuros clientes me escuchan a mi, sino que yo también los
escucho a ellos, e historias de todo tipo, ya que... ...la gente tiene
mucho que contar...mucho que hablar, y no tiene con quién, y yo no sé
decir que no, así que me estoy enterando de historias que a veces me
emocionan, otras me dan momentos de risas y otras de llanto...historias
que la gente no tiene a quien contar porque siempre vamos con prisas y
con el celular en la mano...
Estas situaciones me
llevan a pensar que las tecnologías llevan al distanciamiento de las
personas, en muchos casos, que si no hablamos y nos contamos las
historias de cada día, el día de mañana no podremos tampoco contarlas,
sino que sólo podremos hablar de lo que vemos en internet, cosa que creo
que es un error, porque la mayor parte de las veces la información no
es correcta, o exacta...¿el día de mañana quien contará nuestras
historias? Me lo pregunto cada día...por ello...en el día de
mañana...¿quién contará nuestras historias?...
¡Que la fuerza del Universo os acompañe, Amichi!🙏