domingo, 24 de septiembre de 2017

'La regla'

El otro día hablé con mi chica...hablé...me tragué los 43 días que lleva de retraso en el periodo...nadie se puede imaginar como se ponen...espero no tener que preocuparme...pero no me dice nada...y no la pienso llamar, aún me lamo mis heridas...porque se puso como una loba.









¡Que la fuerza del Universo os acompañe, Amichi!🙏


domingo, 17 de septiembre de 2017

'Acepta, aunque duela'

Ando liado, mi trabajo me absorve, hago muchísimas ventas, pero más visitas, también escucho muchísimo a mis clientes, y quien menos te lo esperas te da la alegría, otros te da una patada y no congenias con ellos por mucho que lo intentes, siguen ocupados, siempre, pero bueno, es lógico, luchar contra las nuevas tecnologías es duro, además la gente actuamos actuamos cada vez más de forma mecánica y vamos a lo fácil, cosa que creo que no viene bien al cuerpo ni a la mente, siempre hay que innovar, hay que idear... El otro día estube en una visita con una chica que trabajaba como contable, al término de mi visita me comentaba de una forma relegada: 'Paquito, que sepas que me he pasado meses de terapia psicológica para asimilar que tengo que aprender a aceptar la voluntad de los demás'; yo sorprendido le pregunté que quería decir, que yo la veía coherente, conforme con todo, y que no comprendía lo que me decía,  y bien entonces la chica me explicó: 'Sí, Paquito, aceptar la voluntad de los demás, que el que no me quiere, no me quiere y punto, así que, sin más tengo que aceptarlo, seguir hacia delante, dejarlo que siga su rumbo, y yo coger el mío; a eso mi terapeuta lo llama aceptar la voluntad de los demás, y para ello... ¡he tenido que ir al psicólogo!', '¡Pero muchaaaacha!', le dije yo de para darle un toque cómico y de forma sorprendida acompañada de una  gesticulación con mi entrecejo en forma extraña; ella, entonces, me volvió a interrumpir y me explicó: '¡No te asustes Paquito!, jajajajajaja...que no tengo ningún ligue por ahí, sigo enamorada de mi esposo; te hablo en todos los ámbitos posibles del amor, y me ocurrió con alguien, entonces yo insistía en preguntarle porque no me quería en su vida, y no recibía explicación, yo más me hundía, así pues cuando mi esposo vió que llegaba a un estado depresivo me animó a ir a un terapeuta, y allí fue donde aprendí esas palabras y su lección'.

Original de PeT.
Puede que esta chica tuviese razón, hay que aprender a aceptar la voluntad de los demás, pero aceptar que alguien que tú creías que te había querido no te quiere, es duro, y en parte la comprendo, pues...te da por pensar, ¿cómo se puede pasar del amor al odio en segundos?, y es más, sin dar explicaciones... sin un porqué, no encuentro el sentido, pero si me da por pensar...¿alguna vez hubo un amor sincero y desinteresado?, creo que a esta pregunta le puedo dar una respuesta que la zanje por completo, como es la de...'Mejor no saber...la ignorancia es la felicidad', y pensemos que lo que fue se disfrutó en su momento, y que cuando aceptas que alguien no te quiere, hay que pasar página, aunque esa historia se haya cerrado sin un porqué.



Amichi,
¡que la fuerza del universo os acompañe!🙏

domingo, 10 de septiembre de 2017

'Sin dejar nunca de mirar el cielo'

Esta semana me he acercado a la ciudad, he visitado a nuevos clientes, a esos que siempre tienen prisa, que están estresados, que no te atienden, que con una mirada sabes que su respuesta es no, y... he logrado que uno de ellos me atendiese, bueno una de ellas, y tras hablar con esta persona, la cual dirige una empresa, con gran esfuerzo, he logrado lo que nunca creí, que se abriese hacia mi y conversásemos con calma, dándome una gran lección de vida, que en todo momento las personas, aunque no lo cuenten, seguro se lo plantean, ella me decía así:


'Llevo años levantando este proyecto, mi empresa; cada día que le dedico lo hago con un gran esfuerzo, pero...año tras año... caigo en el mismo error, paso seis meses del año a todo gas y los otros seis con la soga al cuello; ¡esto no es vida,! he exclamado en millones de ocasiones hasta la desesperación. Un buen día caí en la cuenta de que es un gran error por mi parte seguir en esa tesitura, y que debo tomar decisiones más duras y en su justo momento, aunque provoquen un socavón, ya que hoy será socavón, pero mañana éste se convertirá en un simple bache, el cual solo me hará recordar que no debo bajar la guardia si no quiero volver a caer en la desesperación.
Llevando este barco he descubierto que mientras el timón hacía que éste navegase viento en popa y a toda vela, los ocupantes del barco disfrutaban, como yo que me enorgullecía de la forma de mi navego, ignorando que estaba cometiendo un gran error, dejé que algunos tripulantes del barco, se relajasen, hasta el punto de disfrutar del viaje como pasajeros no como tripulantes; al ser consciente de esta actitud intenté dar toques de atención, comentándoles que podía venir una tormenta y pasarlo mal, hasta el punto de que alguien tuviese que abandonar el barco...cual fue mi sorpresa que mi toque de atención cayó en vano y...casi nadie me hizo caso, algún personal de la tripulación, creyendo que no me daba cuenta, de tripulante pasaba a pasajero de una forma disimulada; vi la tormenta llegar, y tuve que tomar decisiones drásticas, y decidí que ese tripulante ya no formaría parte del barco, que en unos meses tendría que abandonarlo, la fuerte tormenta no dejaría que el barco llevase más carga innecesaria a bordo, y así procedí. Desde ese momento el tripulante, el cual llenaba las calderas, creyéndose por ello imprescindible, se enfadó, pataleó y me retiró la palabra, en ese momento me sorprendí, ya que cuando subió a bordo como un simple pasajero sin dinero, echando una mano de gratis al funcionamiento del barco y encandilándome, apostandé por él, porque creía que iba a implicarse como nadie, le di una oportunidad, y entonces empezó a formar parte de la tripulación, en ese momento todo eran risas y alegría, yo era la mejor capitán de barco que había tenido, hasta que llegaron los tiempos malos, esas ventiscas, lluvias dañinas, tormentas molestas, en las que era necesario una implicación para seguir navegando todos juntos, en buena armonía, en ese momento...el tripulante se relajó, las calderas siempre estaban a medio gas, ya no había llama quedaban brasas bajo una capa de ceniza, el barco iba por la fuerza del viento, el poco calor que aportaban esas calderas y yo al mando del timón, ahí empecé a ponerme nerviosa, me daban ahogos, no dormía por las noches, pasaba el tiempo corriendo de un lado al otro del barco, lo cual me producía gran fatiga, intentando vigilar todas las cubiertas sin control, ya no solo cuando venía la tormenta, que lo pasaba fatal, sino cuando llegaba la calma, entonces también lo pasaba mal, ya que me entraba el miedo de que otra tormenta llegase y nos fuésemos a pique, lo peor de esto fue que ese pánico solo lo sufría yo, nadie más; fue entonces cuando decidí  quitar carga, al faltarme el aliento.
En ese momento...dejé de ser la mejor capitán del barco, ya era una mala persona, este tripulante pasó a pasajero, hasta el punto de llenar yo las calderas y llevar el timón al mismo tiempo, todo de forma organizada, descubriendo que no necesito un barco tan grande ni tanta tripulación ni tantos pasajeros, que los que se queden sean de calidad y con la medida suficiente para que el barco navegue y tanto los pasajeros como la tripulación restante vayan cómodos, pero eso sí, sin dejar nunca de mirar el cielo'.



¡Que la fuerza del Universo os acompañe amichi!🙏

domingo, 3 de septiembre de 2017

El aviso de 'La parca'

                                                                            Original de PeT
Todos los días salgo a caminar,  agradezco el vivir en una zona tranquila, ya que el llegar después del trabajo estresante me ayuda a desconectar, después de una hora de caminata, a marcha rápida, llego a mi casa como una persona sumergida en una profunda amnesia, la cual solo me lleva hacia la ducha y posteriormente me arrastra hasta la cama...

Aunque esa noche...esa noche fue diferente...

Dicen que cuando los perros lloran y ahuyan es que la parca se aproxima, se predice que tocará la puerta a alguien de tu entorno o de algún conocido tuyo, hay personas que se lo toman a risa, otras como una leyenda, personas que lo ignoran y  otras que creen firmemente en esta señal. Por mi parte ni creo ni dejo de creer, pero mejor que no escuche el llanto y ahuyido desesperado de un perro, al escucharlo se me eriza el piel, y se me viene a la cabeza la siguiente pregunta: '¿A quién le tocará el timbre esta vez?

Al salir de caminata por mi zona, la cual no está muy retirada del centro de la ciudad, puedo respirar tranquilidad, el olor a jazmín resalta en verano, se aprecia el canto de los grillos en la calurosa noche, y el de los gallos en el fresco amanecer, todo es verde y el silencio de la noche, absoluto.

Un paraje así es ideal para desconectar al cien por cien, además invita a salir a la calle, en mi caso lo hago por la noche, cuando cae el sol y se respira mejor.

Todas las noches veo las mismas estampas, casitas una pegada a otra, con sus luces prendidas, algunas más discretas que otras; y siempre intento evitar dirigir mi mirada a la de una casa muy particular, que da a la calle principal, en la cual vive una familia, a la que le gusta exponer su vida a todos los vecinos, pues tienen las persianas arriba y siempre la luz prendida, para que todo se vea a la perfección, a veces puedo detectar hasta el programa de televisión que están viendo desde la calle, ¡y creen los que inventaron Gran Hermano, y todo tipo de realitis,  que ¡eran los pioneros!, pues no se quedan atrás ni nada, en esta casa no hay secretos, hasta incluso en una pasada rápida desde la calle puedes ver que la casa está compuesta por dos personas mayores, octogenarias ya, las cuales tras los achaques de la edad permanecen acostados en dos camas de hospital, instaladas en una de las habitaciones de la casa, con sábanas blancas como la nácar, y con unos sofás para las visitas, incluída la chica que les cuida durante la noche, además con ellos vive un hijo, yo diría que los cincuenta ya no los cumple, y con muchos achaques de la edad, a veces pienso que está heredando, de forma temprana y propresiva, los achaques de los padres, ya que su vida ha consistido en cuidarlos, y poco a poco heredar los dolores que ellos tienen, el hombre ha tenido pocas oportunidades de conocer la vida que hay fuera de su casa, pero como la ignora tampoco lo echa de menos, por lo tanto, sigue atendiendo minuciosamente las necesidades de los padres, duerme en habitación contigua a ellos, vigilando cada quejido, en este caso si que se puede decir que han tenido un hijo para asegurarse estar atendidos en su vejez, el tema está que si por ley de vida, los padres mueren antes que él, este hombre quedará desamparado, perdido y sin rumbo, aunque sea tarde espero que sepa descubrir la vida.

Pero el otro día, mi sorpresa fue descomunal, al pasar escuché a la madre que le decía en un tono despectivo y elevado a su hijo : '¿Le quieres dar agua a tu padre?', a mi vuelta, que volví a pasar por la puerta, la escuché de nuevo en el mismo tono: '¿Me vas a dar agua a mi ?', no quise mirar pues, no me es agradable ver una habitación de hospital cada día en un domicilio particular, así pues prefiero no mirar, pero la otra noche no pude evitarlo, me sorprendió ver esa casa en penumbra, y lo más preocupante, no estaba la televisión encendida, eso llamó más mi atención, pues creo que es veinte y cuatro horas, además al tener la persiana totalmente recogida, me percaté que la habitación estaba llena de gente, gracias a una lamparita de mesilla, vi como todos estaban alrededor de la cama del hombre, y las pocas caras que veía tenían un semblante triste, cesé mi mirada y seguí mi camino, a mi vuelta vi que habían abierto la puerta de la casa, aquello ya era un lugar donde los vecinos entraban y salían como si de su casa se tratase, la mujer seguía en la misma habitación que el hombre, esa noche me volví a casa un poco triste, al ver que este hombre no tenía la intimidad necesaria ni siquiera en su agonía.

Al día siguiente volví a salir a caminar, y ¡claro está! la curiosidad me invadía, además esa noche iba acompañada, el impacto era mayor, no sabía si el hombre había fallecido o seguía en su agonía, al llegar a la altura de la casa, vi la misma situación que la noche anterior, la misma penumbra en la habitación, más gente, la mujer de éste continuaba allí, los familiares, vecinos y 'amigos', estaban por la casa, algunos aún rodeaban la cama del agónico hombre, parece que seguía con un hilo de respiración aún...en ese momento comenté con mi acompañante que me parecía inaudito que no hubiesen trasladado al moribundo a un hospital, aunque su muerte fuera por edad avanzada, que no podía comprender como no lo dejaban irse tranquilo, sin tener que la necesidad de ser la expectación de tantas miradas. En ese momento mi acompañante me comentó que eran de una religión diferente, y que tenían una cultura distinta, que no lo trasladaban al hospital, pues en su cultura religiosa no estaba permitido, pero que por lo menos habían llamado al médico de cabecera, para que diese un diagnóstico correcto, éste le comentó a los familiares que el hombre se estaba ahogando, y que le quedaban horas de vida, hasta ese momento, parecía que llevaba más de veinte y cuatro horas agonizando, rodeado de personas que impedían que se fuese en la calma y el silencio que, en mi humilde opinión, creo que debe despedirse una persona de esta vida; es más mi acompañante me comentaba que creía que el velatorio sería en el domicilio, y que tanta entrada y salida de gente era porque ya, en algún momento, habían empezado a velarlo, cosa que me enfadó más aún, pues, esa persona estaba viva aún, y es más estaba sufriendo, pues se ahogaba, y no le hacía ningún bien tener la habitación repleta de gente, creo que le faltaría más el aire, además creo que por mucha cultura religiosa que se estile, una persona puede morir sin sufrir, ya que hay medios ahora para ello, ya sufrió bastante Jesús en la cruz, pero no creo que en el siglo que estamos haya que llevar a nadie hasta ese límite, no somos verdugos, y andamos buscando la comodidad y calidad de vida en cada momento, no creo, si se puede remediar, que haya que dejar a nadie que esté agonizando sufrir así, pues la agonía puede ser larga, como es el caso de este hombre, tan larga que días después seguía con ese hilo de respiración, las vecinas iban y venían a todas horas y mantenían conversaciones en voz alta, sobre los precios de la compra y demás chismorreos.

La cuestión es que días después el hombre sigue con vida, no sé sabe cuanto lo quedará, pero lo que si es cierto es que no se despedirá de este mundo en soledad, sino que estará rodeado de personas expectantes, que esperan ver como se va.

¡Que la fuerza del universo os acompañe, amichi!🙏