viernes, 24 de febrero de 2012

¿HASTA DÓNDE LLEGARÍAS PARA CONSEGUIR TUS METAS?

A mis treinta y tantos, estoy como Alaska…’miro la vida pasar’, y sí, sí, así me encuentro, mirando a mi alrededor me doy cuenta que el mundo marcha sólo, que eres un pegote al que solo hacen visible para llevárselas todas juntas, y la vida… pasa demasiado rápida.

Cada día me esfuerzo en ser mejor, en poder destacar, en llegar a mi meta profesional, y ahora me paro a pensar en ¿cuál es mi meta?, y… ¿dónde termina?
A diario me dejo la salud, me sale una cana y una dosis de ansiedad por cada problema que me surge, intentando resolverlo lo mejor posible para conseguir los mejores logros profesionales, sin dar un no por respuesta, NUNCA, sin decepcionar a nadie, llámese familiares, amigos, y/o clientes – proveedores,  cuando me vengo a dar cuenta, resulta que de tan bien que lo estoy haciendo soy…¿ la mala de la peli?; aún siéndolo el teléfono siempre suena para seguir solucionando marrones, y al llegar a casa aún te dicen...'hija no se te puede decir nada, ¡ni que estuvieses picando piedra!’; y te quedas con una cara de gilipollas, bueno… para que contar…creo que todos/as nos hemos sentido alguna vez identificados/as, y pones cara de gilipollas, porque como no sabes decir que no, ni salir en tu propia defensa, pues…¡eh ahí, la cara que se te queda!, total que al pasar esto, y si el día laboral ha sido terrible, que suele serlo, te derrumbas en el sofá, cuando te dejan y puedes, y te preparas una tilica, para pasar los disgustos sin que te de una pájara, esperando que llegue el día siguiente, a ver si alguien te toma un poco en cuenta, pero para bien, no para joderte el día, claro está.

Así un día tras otro, haces un favor, y por el mínimo error, o porque el que venga esté quemadísimo, ahí estás tú, que no sabes decir que no, y te tragas el marronaco, y a ser posible para terminar bien, vas y le invitas a un café, al irse te quedas hecha polvo, pero piensas: ‘parece que se ha quedado contento’, y vuelves a la rutina, y te dejas completamente, hasta que pillas una semana de vacaciones y no sabes que hacer, has estado tan ocupada resolviendo marrones de curro, para lograr esa meta que aún no sé ¿a qué altura está?, ni…¿ porque me la impuse?, ¿y para qué?; total que el primer día de vacaciones te sientes inútil al cien por ciento, y sin saber para donde tirar, porque claro, en los tiempos que estamos de crisis, pues seguro que te vas de vacas con toda la familia y sin un euro para desaparecer del mapa un par de días, ¡qué digo un par de días!, ni para tabaco, o un caprichito de un precio mísero, así que te dan ganas de colgarte de una pestaña, pero como tienes que ir tras tu meta, que cada día está más lejos,  te serenas y pasas tus ‘vacaciones’.
Claro en vacaciones a todos nos da por pensar, y  yo no iba a ser la excepción, oyes a unos, a otros, y piensas, si pudiese retroceder el tiempo…esto no estaría así, hubiese aprendido a decir no, pero vamos desde la primera papilla que me dio mi madre y no me gustaba, ya me hubiese encargado yo, aunque no supiese hablar, de haber movido mi diminuto dedito y haber dicho NO, empezando por ahí, me hubiese ahorrado muchos problemas, como cargar con los ajenos, tuviesen o no que ver conmigo.
Y otra cosa, ¿metas?, esa palabra solo la conocería con motivo de haber visto o participado en alguna carrera, pero no por habérmela interpuesto, estaría al igual que el perro flauta que lleva sus pantalones y camiseta hippies, con su mochilita a la espalda y su perro, en cualquier pueblecito perdido de la abundancia y el egoísmo, donde no me conociese nadie, y me dedicaría a correr mundo, a conocer a personas…agradables y que mereciesen la pena, que las hay, solo hay que saber buscarlas.
A poder ser hasta sin que nadie supiese de mi existencia, tal que la palabra banco la conociese por los que hay ubicados en los jardines, donde seguro me echaría alguna siestecilla, y con suerte a orillas del mar, así de relax, por lo tanto no conocería la palabra ansiedad, y seguro que tampoco tendría canas. De esta forma siempre sabría lo que hacer, empezando por buscarme la vida, día a día, tan sólo para lo más básico como es comer, hasta pegarte un baño, que no llevaría eurillos encima para un gran hotelito, pero ahora tampoco los tengo, y sigo sin saber decir no, y sin ir de hotelitos.
De esta forma, no tendría las responsabilidades de cualquier persona, sea el día uno o el treinta, y mucho menos estaría a fin de mes durante los treinta días que lo componen, y si lo estuviese por lo menos, sería sin preocupaciones.
Me dedicaría a conocer el mundo, vivir una temporadita en cada lugar, de esos que tienen la belleza tan escondida que no llega ni el más rápido avión, que solo puedas llegar a pie, además de ir de un lugar a otro, sin rumbo fijo, sin metas, y lo más importante, sin tener que soportar marrones de nadie, sin tener que dar cuentas, solo a mi alegre perrita, que seguro que cada vez que la mirase a la cara me dedicaría una sonrisa, y un lametón, como caricia; en definitiva miraría por mí no por el bienestar de personas egoístas que solo piensan en chuparte el buen humor con el que te levantas por las mañanas; además sería del mundo, y el mundo sería mío.

jueves, 23 de febrero de 2012

PASEO POR UN QUIRÓFANO

Allí estaba yo, me dispuse a prepararme la maleta, para ir a casa de mis padres a pasar mi recuperación pos operatoria, una maleta llena de ropa interior y pijamas, ¡que ironía de la vida!, justo ocho días antes estaba preparando la maleta para ir de viaje, un descanso, con tremenda ilusión, pero eso había pasado rápido, yo diría que fugaz.

Así pues, después de dejarlo todo listo,  me dispuse a irme a la cama y poner el despertador temprano, pues ingresaba a las ocho de la mañana, era la primera, al levantarme, una ducha y con las mismas camino al hospital, al llegar allí el miedo, terror me hacían pensar: '¡¡Dios mío!!, esto es muy molesto, tengo dolores que irán a más, pero no es tan grabe, ¿haré bien en ir voluntaria al quirófano para quitarme esto de encima?'; '¡¿Qué necesidad tienes tú de meterte otra vez a un quirófano, para salir mal, y volver a pasarla super jodida?!', esas eran las palabras que pasaban por mi mente mientras esperaba, y me desesperaba, pero allí estaba yo, en posición firme, aunque en mi mente rondasen dudas a última hora.

Y llegó el momento, ese en el que pasa un señor vestido de verde, con patucos, un gorro en la cabeza y dice tu nombre, indicándote que debes seguirlo, y eso hice, me despedí de mi familia, y para adentro, atravesando esas puertas en las que te ponen una señal de prohibido y te muestran un respeto tal que impresiona, de tal forma que piensas...'¿qué habrá detrás de esa puerta que no se puede pasar?, ¿tan malo es?'; pues esa puerta la crucé, por segunda vez, iba más nerviosa que en la primera, porque sabía lo que había, no podía remediarlo.

A la entrada de esa puerta de prohibido, que lo mismo abre para adentro que para a fuera, te deslumbra ese suelo frío, en cualquier época del año, y claro, como mármol, a la derecha se ven una fila de sillas, unidas por la parte de los sillones, a la derecha dos puertas, en la primera, solo para personal autorizado, en la que está el material para quirófanos, a continuación el baño, y después una camilla, si miras al frente, te encuentras otra puerta con una enorme señal de prohibido y unas ventanas pequeñitas, con unos cristales por los que apenas se aprecia lo que hay detrás, pero desde ese momento, ya comienzas a notar el frío que te sube por los pies, hasta atrapar todo tu cuerpo, es como si en verano tuvieses el aire acondicionado a 16º todo el tiempo en una pequeña habitación, y de repente te helases, con la diferencia de que aquí no puedes cubrirte con nada, solo pasar frío. 

A parte de notar ese frío, notas ese olor a lejía fuerte, que se te mete por los orificios de la nariz y te indica que todo está esterilizado, no creo que haya virus o bacteria viva en ese lugar.

Una vez que has pasado la primera puerta, te invitan a entrar al baño, allí te dan tu nuevo atuendo, por el que pasear por esas instalaciones, se compone de una bata azul oscuro, la cual debes ponértela de tal forma que la ates por la parte de tu espalda, nunca por la parte de tu pecho, sino te dirán como a mí...'¡Qué!¿Nos estás haciendo un streeptease?'; ese es el máximo humor que puedes encontrar en un quirófano. Además de la bata, te dan unos patucos y un gorro verde, y te invitan a cambiarte de ropa en el baño, en ese momento cuando entras al baño y ves esos azulejos blancos, esas cabinas industriales donde se depositan las ropas ya usadas por otros pacientes, y ese wc acomodado para cualquier minusválido, y te vas desnudando y dejando tu ropa, que huele a suavizante de tu casa, además de estar calentita, que te acabas de poner limpia, pero tienes que dejarla allí en una percha de un lugar tan frío y te vas cambiando, sin saber por donde empezar, si por los pies o por la cabeza, y conforme te vas desnudando sientes que no eres nada, que no necesitas ropas, no necesitas joyas, teléfonos móviles, ni nada material, que solo tu cuerpo es el importante, nada de lo que lleves te hace falta, porque allí te desnudan en cuerpo y alma, y aunque sea duro, tiene un fin, y ese es sanarte.

Dejas tu ropa, dobladita, calentita, y con el nuevo atuendo abres la puerta de ese baño, mirando a un lado y al otro, por si hay alguien esperándote con una enorme jeringa para inyectarte algo y dejarte inconsciente, pero descubres que no...; sales y ahí estás entra las dos puertas que llevan la señal de prohibido, esperando con esos patucos por los que sube el frío y ese olor a lejía..., a que te llamen, un cuerpo totalmente esterilizado, desinfectado, que es el tuyo, en ese momento, y de repente se abre la puerta que está enfrente tuyo, y sale esa persona vestida de verde, con patucos y un gorrito, con un montón de papeles y un bolígrafo, comentándote que para que la intervención se pueda realizar debes firmar,  en ese momento, te dispones a leer el papeleo, pero piensas...'¡para qué!'; y no te molestas en leerlos porque los nervios que ese ambiente te transmite bloquean la concentración para la comprensión de lo que esos documentos te quieren decir, pero en tu subconsciente sabes que estas firmando algo que se resume en unas líneas:'este paciente es consciente de que aquí le vamos a suministrar una dosis de tranquilizantes y anestesia, además de practicarle una cirugía, más grande o pequeña, pero tenemos que rajar, y si pasase algo no queremos saber nada, porque él/ella ha firmado para eximirnos de toda responsabilidad'; y con eso en el cuerpo, que es lo único que te tomas antes de dar un paso más, te invitan a entrar y cruzar la siguiente puerta, en la que aparece la señal de prohibido, y entonces a tu derecha te encuentras una habitación, en tonos grises y blancos, el único color que puedes ver es el azul de las sillas unidas por los asientos que tienes a tu derecha o el verde del uniforme de las personas que componen la plantilla de un quirófano, nada más.

Te sientas en una de esas sillas, a esperar a ver que pasa ahora...con ese ambiente tu corazón aumenta las pulsaciones y en tu mente solo se repite una palabra: '¡¡corre, estas a tiempo!!'; pero que casualidad, que te vuelven a nombrar, ahora ya sin escapatoria, y te invitan a seguir a la persona que te llama, tu vas detrás con miedo, tanto que parece que alguien te tira de los cordones de la bata que llevas puesta, pero vas contracorriente y sigues caminando, detrás de esa persona.

Vas andando por unos pasillos fríos, llenos de máquinas de acero inoxidable, que desconoces, con alguna camilla por el camino, de algún paciente que sale KO del quirófano ya, y de repente, la persona que llevas delante se para, y te indica con su mano, diciendote:'Por favor, pase por aquí, y túmbese en aquella cama'; y yo pienso:'¿En aquella cama que es de acero inoxidable, y que está llena de aparatos, por debajo, por encima, a los lados, y está en medio de una habitación fría, en penumbra?, y parece que sí, allí me tengo que tumbar'. 

Una vez tumbada empiezan a aparecer batas y patucos verdes, con gorros, que se te echan encima, que van diciendo: '¿Me deja usted el brazo?','¡hay que cogerle una vía!', 'Estire este brazo por aquí'; total que en menos de cinco minutos te ves en la postura de cristo, con una vía en la mano izquierda, un sensor de tensión en el dedo corazón de la mano derecha, una gasa por encima del cuerpo, y los pies lejos de tu cabeza, un tull para que no puedas ver nada, y como una enfermera inyecta algo en el suero al que está unido tu vía, tus pulsaciones pasan de dos mil a las normales en cuestión de minutos, y enseguida notas dos pinchazos, en la zona a operar, que duelen pero no puedes mover nada, porque unas manos te sujetan, y lo único que puedes pensar es: '¡Dios mío en tus manos me quedo!, ¡que hagan de mi cuerpo lo que quieran, pero que esto termine pronto!'; poco a poco te vas atontando, oyes cosas de fondo, pero demasiado lentas, todo está borroso, hasta que en unos minutos te vas espabilando, y vas notando como unas sierras en la parte a operar, como si cosieran un zurcido de calcetín, de pronto escuchas que la herida está sangrando mucho, que hay que hacer una corbata; y corbata es la que a ti se te pone en la garganta con esas conversaciones, y sin saber si lo podrás contar.

Pasan no más de cinco minutos y todo vuelve a la calma, entre ellos empiezan a hablar de cosas de todos los días, de si han tomado café, de la programación de televisión de la noche anterior, y tu allí, sin saber si te han extirpado un huesito o te han cortado una extremidad, porque no sientes nada, de repente, te invitan a levantarte, a sentarte en una silla de ruedas, y tú aún vas pasada de vueltas de la anestesia, no te crees capaz de levantarte, estas helada, y para colmo sales coja de un pie.

Te ayudan a acomodarte, y te llevan a la sala de recuperación después de operaciones, allí llegas con el rostro como el de una pared blanca, claro, en menos de una hora te han metido sedante, anestesia, abierto, cortado, cerrado, sangrado, y todo sin desayunar, y sigues oliendo a lejía además de estar tiritando del frío, pero no puedes hacer nada, solo seguir encomendando tu cuerpo a Dios.

Pasadas un par de horas, tu piensas:'¿Cómo estará mi familia?¿sabrán algo de mí?¿creerán que la he palmado?'; efectivamente le preguntas a la persona encargada de la sala y te dice que están ya avisados de que todo ha salido genial, te tranquilizas, pero te quieres largar ya.

Antes por supuesto, te invitan a tomarte un zumito y un pastillazo, para que cuando despierte la fiera no quieras ahorcarte a ti mismo, del dolor, y de repente te entregan un informe, avisan a la familia, sacan la silla de ruedas por la puerta, y allí está tu madre, emocionada de verte, intentando la pobre manejar la silla de ruedas, cargada con bolsos, radiografías, y millones de cosas, dispuesta a meterte al aseo, para recuperar tu ropa, pero por allí pasa una enfermera, y viendo la dificultad para el manejo de la silla de ruedas, se ofrece a llevarte, hasta recepción, se lo agradeces mil veces, porque tu pie va tieso delante, y es el principal objetivo de marcos de puertas, esquinas, y despistados que pasan y no lo ven.

Respiras aire, de ese que no huele a lejía, sientes la ropa que dejaste en tu cuerpo, te va calentando, pero parece que se le ha pegado el olor a quirófano, y estas deseando llegar a casa para meterla en la lavadora.

Y después de pasar ese día tan divertido, piensas, que podríamos ir todos desnudos, porque al fin y al cabo, no me ha hecho falta la ropa para que me sanen, que podríamos prescindir hasta de la pasta, porque sino llevas ropa como te la vas a guardar, y mucho más de teléfonos móviles, porque no los necesitas, entorpecen los aparatos que te ponen en el quirófano, crean mala vibra.

Das gracias a las personas que te han atendido, porque al fin y al cabo han sido amables contigo, te han tranquilizado cuando más se aceleraba tu corazón, te han ofrecido un zumo y un analgésico para prevenir el dolor, y te han ayudado a poder salir sana y salva del quirófano, además de hacer ameno el desenlace de tu intervención contándote lo que vieron la noche anterior en televisión, o si desayunan té o café.

Pero aún así, el frío del quirófano te hace pensar en el frío de la muerte, y muy segura debe estar una persona, y muy grabe tiene que ser la cosa, o no tener solución, para entrar a un quirófano, ya que los riesgos que se corren nunca se sabe si se pueden contar.

Mi reconocimiento al personal de los hospitales, muchos de ellos son amables contigo, y capaces de tragarse tremendos pasteles a todas horas del día. Hay que valer para ello.

domingo, 12 de febrero de 2012

LA ESTRELLA QUE PASÓ DE LA TIERRA AL CIELO EN SILENCIO...

Y sí, una lástima, que el sábado 11 de febrero de 2012, falleciese esta gran artista que es Whitney Houston, dicen que si la encontró su peluquera en la bañera desfallecida, que no había indicios de drogas, que estaba limpia, pero...no nos engañemos, esta mujer ha aceptado frente a las cámaras infinidad de veces que tenía adicción a la marihuana, alcohol, cocaína, y dicen por ahí que al crack, no se sabe, ella siempre prefería decir que tenía malos hábitos.
Y es que yo me pregunto si ¿corrompe la fama o el dinero? Porque si es lo segundo por favor que no me toque la lotería, no quiero tirarme a los malos hábitos.
Adoro la voz de Whitney Houston, fastinante, fabulosa, una diosa, pero siento mucho que se metiese de todo, en esos malos rolletes, no quiere decir que no me dé pena su muerte, pero bien podría haber aprovechado las oportunidades de desintoxicación que ha tenído, creo que desde el 2002 hasta el 2012 han sido cuatro, que sepamos, en fin, una pobre que ha sufrido los malos gustos de la fama, con 11 años triunfó, y no ha llegado a los 50, ¿otra niñez que pasó a la madurez destrozada por la fama? Creo que eso no lo sabremos, a menos que nos toque, y que Dios nos libre.
Solo espero que conservemos esa imagen de esta gran cantante de Soul, la cual nos puso los pelos como escarpias a todos, por lo menos con la pelicula de 'El Guardaelpaldas', y toda su banda sonora, que la conservemos en nuestra retina como una diosa, y que no desvelen más detalles sobre su muerte, ya que pueden dañar la imagen que nos queda de ella, aunque ya esté un poco dañada, pero por lo menos dejen al público con la ignorancia, que es muchas veces la felicidad.
Descanse en Paz Whitney Houston, que aunque de esta gran voz nos parezca increíble, es una estrella que pasó de la tierra al cielo, en silencio.

¡¡COMO JODE CUANDO INTENTAN PONER SOLUCIONES!!_REFORMA LABORAL 2012

Hay que ver...que casualidad, no hace ni mes y medio que el PP ha empezado a gobernar, y ya estamos dando la bara, que si con la reforma laboral 2012, ha aparecido la expresión 'huelga general', por favor, por favor, demos una opotunidad al cambio, no nos aturullemos como sardinas enlatadas, recuerdo que cuando la economía se caía a pedazos, gobernando PSOE, no se hizo mención a la recurrida 'huegla general', es más pasaron años hasta que se hizo una, porque el pueblo estaba desesperado, aunque no los sindicatos, que estaban muy relajados, supongo que porque estaban viviendo como los reyes, que ese es otro tema que tocaremos en su día; y en aquel entonces a los sindicalistas les costaba mover el culo del sillón para montar huelgas generales, y para una que montaron, una parafernalia por cierto, sin éxito ninguno, ya que muchos de las PYMES decidieron seguir currando a pesar de la famosa huelga general del 29S de 2011, pasaron automáticamente, porque sabían que sino curraban nadie les iba a pagar los impuestos ni facturas mensuales.
Ahora tenemos la oportunidad de ver si esta reforma laboral 2012, nos funcionará, y somos tan, tan porculeros que nos dedicamos a amenazar al gobierno con la frase 'huelga general', me da vergüenza vivir en este país, porque que cara más dura!!!
A los sindicalistas les recomiendo que curren más y que se dejen las cañas de los bares, que a todos nos molan.
A los parados que intenten buscar curro, y no se cierren.
Y a los parados...en economía sumergida, pues que no tengan tanta poca vergüenza y ayuden a los demás a levantar el país, que entre todos es poquita cosa, y para unos pocos es un mar de inmeso.
Y olvidemonos un poquito de la frase amenazante de...'huelga general', demosle una oportunidad a esta nueva reforma laboral 2012.